Busque sobre Nefrología - Urología

domingo, 21 de noviembre de 2010

HISTORIA DE LA NEFROLOGIA II




ALEXIS CARREL
(1873 en Sainte-Foy-lés-Lyon, Francia. 1944 en París),

La influencia de los consejos de su madre, determinaron su personalidad moral y su fe cristiana
Se licenció en Letras en la universidad de Lyon en 1889 y al mismo tiempo estudiaba Medicina, especialidad de la que obtuvo el doctorado en 1900. Continuó su trabajo en medicina en el Hospital de Lyon y se especializó en cirugía por la misma Universidad. Rápidamente, atraería la atención de sus colegas por sus aportes a la cirugía experimental vinculados al transplante de venas y órganos, el rejuvenecimiento artificial de tejidos cultivados, y la técnica operatoria de la anastomosis vascular.
En 1903, llegó a Lourdes con un tren de enfermos peregrinos. Presenció la milagrosa curación de una jovencita que padecía una peritonitis tuberculosa. A pesar de la imposibilidad científica de esta curación, Carrel, movido por una genuina honestidad intelectual, da testimonio de su realidad en el libro de comprobaciones médicas en la oficina de Lourdes. La reacción de sus colegas fue furiosa. Todo el ámbito académico se transformó para él en una continua borrasca hostil. Entonces, luego de cuatro meses de cavilaciones en Paris, decidió trasladarse a Canadá para dedicarse a la agricultura y ganaderia
Pero el destino lo llevó allí al Hospital General de Québec. Los médicos de aquella institución hospitalaria lo convencieron para que continuara sus investigaciones en medicina experimental. Pero fascinado por las experiencias del cirujano americano Rudolph Matas sobre el tratamiento de aneurismas, emigró a Estados Unidos en 1904.
Allí, recibió la devastadora noticia de la muerte de su madre. Logró superar la amarga pérdida mediante un frenético ritmo de trabajo. Carrel descolló no sólo como investigador sino también como conferencista reputado. Sus trabajos tuvieron continuidad en la Universidad de Chicago y en el Rockefeller Institute de Nueva York, en donde permaneció hasta el año 1938, fecha en que regresó a Europa.
En 1912, se le concedió el Premio Nobel de Medicina por sus innovadores aportes en el campo quirúrgico
En 1916 actuó como médico voluntario en la primera guerra mundial. Allí siempre permaneció cerca de los campos de batalla más feroces.
En 1933 fue convencido para plasmar en una obra sus reflexiones que unían la inquietud humanista con la experimentación científica
Así, nació "La incógnita del hombre", obra que se convertiría en una suerte de Biblia para una generación ávida de trascendencia.
En 1935, surgió su idea de fundar una institución que se abocara a "una reconstrucción del hombre civilizado". Carrel manifesto entonces: "es necesario un centro del pensamiento sintético, una inintegridad del conocimiento que podría llamarse Instituto del Hombre o de la civilización. En 1941 escribió La conducta en la vida.
Las investigaciones de Carrel concernían fundamentalmente a la cirugía experimental y el transplante de tejidos y órganos intactos. Hasta este momento las estructuras vasculares se suturaban y se utilizaban cánulas de hueso o de metales preciosos.

Alexis Carrel ideó un nuevo sistema de sutura que evitaba unir directamente los bordes vasculares. Para ello realizaba cortes en los extremos de los vasos y les daba la vuelta. A continuación utilizaba material parafinado en la sutura. Con este método conseguía evitar las hemorragias postoperatorias y la formación de coágulos sanguíneos. Con la sutura de los extremos hacia fuera o revertidos, conseguía que en el interior no quedaran hilos sueltos que favorecieran la formación posterior de trombos.

Grandes aportaciones a la cirugía

En 1910 describió en un artículo todos sus avances realizados con este nuevo sistema de sutura vascular. Con su técnica Carrel consiguió unir vasos sanguíneos de apenas un milímetro de diámetro. Alentado por sus hallazgos, dedicó sus investigaciones a los trasplantes vasculares, tomando una porción de un vaso y consiguió utilizarlo en cualquier otro lugar del propio paciente.

Entre las aportaciones de Carrel a la cirugía se encuentran los autoinjertos en animales, donde obtuvo numerosos éxitos, aunque se produjeron rechazos en los homoinjertos (órganos de individuos distintos de la misma especie). Destacan también los trasplantes de orejas, tiroides, riñón y bazo, así como sus logros en la conservación de los vasos sanguíneos para transplantar que evitase la espera de un posible donante (para ello utilizó la cámara fría o cold storage). Además, creó un antiséptico para desinfectar heridas, la solución Carrel-Dakin, de gran utilidad durante la I Guerra Mundial, y una especie de corazón artificial

Numerosas condecoraciones

Carrel fue honrado por los miembros de las sociedades eruditas en Estados Unidos, España, Rusia, Suiza, Holanda, Bélgica, Francia, Vaticano, Alemania, Italia y Grecia, y por los Doctores Honorarios de las universidades de Belfast, Princeton, California, Nueva York, Brown y Columbia. Fue Comandante en la legión de honor de Francia y en la Leopold Order de Bélgica, Gran Comandante en la Order of the Polar Star sueca, y receptor de otras condecoraciones de las órdenes de España, Serbia, Gran Bretaña y Holy See.

En 1939, cuando estalló la Segunda Guerra Mundial se trasladó a Francia como miembro de una misión especial del Ministerio de Salud francés, puesto que mantuvo un año. Durante la contienda trabajó con el Gobierno de Vichy y, tras finalizar las hostilidades, fue acusado de colaboracionismo con el Reich y de participar en programas de exterminio de seres humanos.